lunes, 18 de junio de 2012

¡ QUIERO SER UN MARGINAL !


Quiero ser un marginal, que todos me miren mal
Quiero ser un marginal, que me escupan al pasar
Quiero ser un marginal, que mi aliento huela fatal
Quiero ser un marginal, no tenerme que lavar jamás

Quiero ser un marginal, vivir como un animal
Quiero ser un marginal, y en la calle defecar
Quiero ser un marginal, porque soy un anormal
Habitando con las ratas, esperando el final

La automarginación es mi forma de de diversión
No servir para nada mi única aspiración
Vivir entre basura provoca satisfacción
Tirado en cualquier lado esperando la destrucción

La automarginación es mi forma de rebelión
Que todos me odien menuda sensación
Esperar algo de alguien que gran equivocación
Surgiré de entre las ruinas de esta civilización

La automarginación mejor que la masturbación
La automarginación es pura autodestrucción
La automarginación es un vacile del copón
Automarginación es igual a descontrol.


Fuente. Cancion escroto de Rata: "Marginal."

sábado, 16 de junio de 2012

CULTURA POSMODERNA.MODELOS DE ANÁLISIS INTERTEXTUAL.

Por:

KATHERINE MARÍN RODRÍGUEZ
Lic en español y literatura
Facultad de educación
Universidad del Quindío






     Cultuta Posmoderna
Modelos de análisis intertextual.


“Deliro de estar contigo”.
Ignacio Trejo Fuentes.

El estilo de tiempo fluido es un tipo de tiempo que se manifiesta en algunas obras de la cultura contemporánea y es el resultado del estudio de los tiempos posmodernistas y de algunos  modelos de análisis que de la posmodernidad se desprenden. El escritor mexicano Lauro Zabala no se podía quedar atrás  y en  Una cartografía didáctica para el análisis intertextual  maneja  de muy buena manera este mismo tipo de tiempo cuyas características son siempre avanzar la historia sin ningún tipo de escalas ni retrocesos estacionales.
En Deliro de estar contigo de Ignacio Trejo fuentes autor mexicano posmodernista  se presenta un estilo bastante particular, aquí no se muestra una historia como tal, simplemente  el lector visualiza  un largo pensamiento que se va desarrollando en un tiempo el cual podríamos ubicar y bautizar también como una temporalidad continua.

El mismo lauro Zabala en su libro  “Relatos mexicanos posmodernos”, recopilo varias obras que a su parecer representan la cultura y la sociedad marginal posmodernista. En  Delirio de estar contigo, parte de esta recopilación,  el tiempo fluido, que a nuestro parecer se maneja allí, se advierte bajo la mano factura de las palabras y al mismo tiempo en ese flujo de conciencia que se desemboca desde el principio hasta llegar a lo que desea el autor en el fin.

“La historia de los otros”
Subcomandante Marcos.

Todos los cuentos así sean modernistas o posmodernistas son susceptibles a la subjetividad del receptor (lector) como  modelador de la interpretación. La posmodernidad le abre aún más las puertas a la  hermenéutica, ya que gracias a su volátil estructura  nos permite volar entre  muchos más imaginarios posibles.
La historia de los otros  es un relato en el que el tiempo no es el eje principal, no se le otorga un papel  de vital  importancia en la estructura del cuento, ni en la realización de los acontecimientos contados.  La historia muestra un comienzo pero no un final como tal. Existe un personaje y dentro de él, varios personajes que, sin compartir  su mismo espacio temporal, lo acompañan en  el transcurso del relato.
Una historia dentro de una historia es la patente del escrito. Aunque como  ya dijimos el tiempo no el asunto central, sí existe, puesto que la historia del personaje principal transcurre en espera y de esa espera llega la otra historia del cuento, la historia de los otros.
Si debiéramos encasillar el tipo de tiempo que se maneja aquí diríamos que depende de la interpretación. Pero para nosotros el tipo de tiempo que predomina y define la historia es el tiempo psicológico, ya que se define como la percepción interna, la misma que se superpone  al transcurso externo del relato. En este caso la segunda historia, la historia de los otros interiorizada y exteriorizada por el personaje principal, dueño de la primera historia, es la que gana la partida en el escrito.

“Una familia feliz”
Martha Cerda.
En esta ocasión, a diferencia de los dos anteriores cuentos, la estructura es más aterrizada, es decir, más acoplable y fácil para el lector. Hay un comienzo visible y un final también. Es la historia de una familia común, padre, madre e hijos .cuando la madre falta llega la tristeza pero la historia  trata de buscar la felicidad y  de ser una familia feliz como el mismo título lo dice.
El tiempo del cuento diremos entonces que es un tiempo lineal, en el  que se parte de un punto y se dirige siempre hacia otro punto. Con su particular principio y  su fin.
Aunque el tipo de tiempo en este cuento no es algo difícil de percibir su interpretación sí.  El relato posee bastantes elementos que si se leen y estudian con cuidado nos dan cuenta de los vastos significados que poseen. Signos lingüísticos que entretejen intertextos son un ejemplo. Una buena lectura permite advertir que debajo de ese amor  tan fuerte y fraternal, el que surgió de la hija y el padre devastado a causa de la muerte de su esposa, nació la  necesidad de parte de la hija de sustituir en todo a su madre, en afecto, cariño y compañía hasta el punto de las relaciones intimas que le brindaba su esposa y la que era su madre a su adorado padre pero que ya no podrá cumplir mas. La hija debe hacer todo lo posible. Asumir ese papel de madre, está dispuesta a lo que sea para que vuelvan a ser una familia feliz.

“Leyendo a Moby Dick”
Pedro Ángel Palou.
Leyendo a Moby Dick es un cuento  desarrollado en primera persona,  es un joven que cuenta como su vida gira en torno a su madre comparándose siempre con un ballenato, influenciado  en gran medida por  las larga horas que paso leyendo su libro favorito Moby Dick.
El relato empieza en el presente, se va desarrollando y acaba en una visión del futuro que crea el mismo joven como una perspectiva de vida nueva, deseable ya sin su madre.
El tiempo es lineal cronológico, pero aquí, como ya se dijo, no se parte del pasado para llegar al futuro, se parte del presente para llegar a un esperado futuro.
La interpretación se da en el mismo cuento, no hay muchos intertextos escondidos, el único intertexto  que es bastante visible es el de Moby Dick y la intención  del  autor se muestra sin  tapujos, se dice lo que se quiere decir y por ende es un cuento fácil, se deja leer con gran plenitud dejando al lector tranquilo.

“¿Saben ustedes lo que es un detalle?”
Barbara Jacobs.

Una carta es lo que nos muestra este cuento. Una carta dirigida a  unos “señores” el 26 de noviembre de 1.984 y en la cual la autora o el autor de la epístola discute lo que es un detalle y su grado de importancia en la obra del poeta. El cuento empieza con una pregunta  ¿Saben ustedes lo que es un detalle? y  a lo largo de la historia se van haciendo afirmaciones, argumentos  y  otras preguntas para resolverla.

Este tipo de cuentos es novedoso y único. No existen varios personajes  que participen   con su respectiva voz, solo un escritor o escritora con una preocupación poética y subjetiva, Hallar lo que es un detalle.
Lo que es El detalle y por ende el cuento en sí son bastante propios convirtiendo su interpretación en algo ambiguo. No sabemos si se halla lo que es a fin de cuentas un detalle. Lo que sea o llegue a ser, como lo dice la misma hermenéutica, depende del lector.
En cuanto al tipo de tiempo de la narración es tiempo fluido, conjunto de flujos de conciencia, de premisas y de preguntas en busca de respuestas.

En conclusión, todos los cuentos poseen en poca o en gran medida, de manera diferente,  el hastió de lo común. Hallamos personajes marginales con pensamientos futuristas, focalizaciones bastantes particulares y “finales” sin un fin determinado. Todos estos son aspectos muy alejados a los relatos de los siglos pasados en donde el orden, la concordancia y la necesidad de un comienzo contextualizado y un final feliz eran el pan de cada día.
Da gusto leer estos cuentos, gusto entenderlos y porque no, da gusto no entenderlos. Si no se entienden o son vacios de sentido común pero ricos en literatura es obvio donde y en qué lugar de la biblioteca se deben ubicar, en el estante de lo marginal.

jueves, 14 de junio de 2012

"LA MIRADA DE " EL CHANGO"


Por:



KATHERINE MARÍN RODRÍGUEZ
Lic en español y literatura
Facultad de Educación
Universidad del Quindío.


                                                                              



                                                           La Mirada de "El Chango"
 

Símbolos que atraen a los costumbristas, que entretienen a los posmodernos y que aburren a la transmodernidad son  algunas de las tantas evaluaciones que a nuestro parecer definen a mujeres de ojos grandes de Ángeles Mastretta (1990) y ahora diremos el porqué.

Con elementos sinónimos de la modernidad como la necesidad y casi obligación al casamiento, haciendas llenas de hijos en crecimiento, cenas familiares atiborras de platos típicos en este caso de productos de la tradición mexicana, fidelidad, hombres cabeza de familia fuertes y trabajadores proveedores de los elementos necesarios para la subsistencia de una gran casta y  ascendencias aferradas a el estancamiento feminista, hacen  de mujeres de ojos grandes  el sueño de cualquier lector  o lectora alineado a los dictámenes del siglo XVIII y XIX.

El levantamiento de los subconscientes que impulsan a ese grupo de imaginarios feministas  creados por Ángeles Mastretta y el cómo todos esos elementos costumbristas anteriormente nombrados trabajan para darle  forma a unos argumentos que sobrepasan la línea de la postura siempre vista de las mujeres del hogar, son las vías que logran  enganchar a los amantes de las rupturas de las márgenes socialmente establecidas que marcaron durante mucho tiempo y que aún siguen marcando, en poca medida, a esos seres caseros llamados mujeres que primitivamente solo servían para crear y  evolucionar vida.
La falta de  la máxima extrañeza, de la rara estética, multi-culturas producto de la globalización son las razones que a nuestro juicio les hacen cerrar los ojos a los y a las consumistas resultado del hoy y expectantes de la literatura del mañana que por casualidad o por causalidad  de la vida llegasen a acercarse a este libro.

El propósito de este trabajo no es ascender o descender lo ya logrado por esta escritora mexicana, Ángeles Mastretta. Eso a nuestro alcance es prácticamente imposible. Solo se busca mediante  un ángulo académico dirigido a lo marginal  y otro dirigido a lo empírico interpretativo darle a este grupo de mujeres de ojos grandes, del que alardea esta obra, una mirada liviana, joven y la más original que sea posible
.
La tía Charo, la tía Fernanda, la tía Cristina, la tía Carmen, la tía chila, la tía Isabel, la tía Eloísa, la tía Rosa, la tía Ofelia, la tía Elvira y demás  mujeres protagonistas del conjunto de  pequeñas historias que, a causa de carecer de título cada una sin ninguna dificultad  pueden  verse como parte de un solo hilo narrativo, no solo tienen en común ser tías, madres y esposas. Lo que las hace tan parecidas unas a las otras y tan diferentes del resto de femeninas es el haber dejado que lo que gritaba su interior reemplazara y tomara el lugar de esa coraza de recates, tumbando así  las tantas mascaras que debe colocarse una mujer para afrontar la cotidianidad, mismas mascaras que brindan esa seguridad que deja el pasar de la casa de los padres a la casa de su marido, quedándose allí al igual lo que hizo su ascendencia, envejeciéndose  mientras engordan descendencia hasta el final de sus vidas.
Esas mujeres de ojos grandes, las que le abren sus ojos más de lo normal a la realidad, esas  mujeres, son las únicas que triunfan. Las que logran sus verdaderos éxitos y no los triunfos que les regalan o que algunas solo logran mendigando a sus contrapartes sexuales.

Ángeles Mastreta, esta mexicana de nacimiento y como lo deja ver en su literatura, de corazón también, no cree en el feminismo, término que obligatoriamente debemos trabajar. Ella  afirma que: “hay quienes piensan que el feminismo es una corriente ideológica, yo creo que es un instinto”.  Un instinto que si alguna mujer real encaminara hacia el lugar adecuado, hacia el lugar en el que Mastretta logra encaminar a sus femeninas protagonistas, sin ninguna dificultad cualquier mujer real podría lograr sus más locos e inalcanzables sueños. Como lo dice Mastretta: “Si se pudiera juntar toda la creatividad y la energía que las mujeres han puesto en la cocina para emplearla, por ejemplo, en conquistar el espacio, hace tiempo que podríamos pasar los fines de semana en Marte”.
El feminismo en sí mismo ya es posmoderno. Pero  más posmoderno es ese pensamiento de la mujer conquistando el universo sin prejuicios de ninguna índole,  sin prejuicios masculinos ni femeninos.


Ahondemos ahora en los cuentos del libro.  Algunos cuentos son permisivos. Son permisivos porque permiten al lector o a la lectora, mejor dicho, identificarse con el personaje, querer ser como ella y ver reflejados sus sueños  y andanzas. Soñar ser o despertar la necesidad  de encaminarse a ser como el personaje. Un ejemplo de lo que decimos  es aquella  narración de la que es protagonista el personaje de la tía clemencia Ortega. Clemencia Posee una fuerza y una seguridad que bien podría confundirse  con la misma que posee un soltero en su mejor época estudiantil. Ella toma la vida como un placer constante. Desborda sus instintos en el sexo y en su libre pensamiento. Su siempre reacia reacción hacia el matrimonio es una de las tantas cosas que la hace tan diferente a las demás. El cómo acaba su historia y él como acaba ella sometiendo a su compañero de narración, nos hace pensar y confirmar una vez más que los hombres huyen de las mujeres que los quieren castrar y aman a las mujeres que no los quieren ver castrados solo para placer propio. ¿Qué mujer no quiere  ser dueña de su propia vida  mientras se hace dueña de la vida de otro como lo hace la tía Clemencia? El permitirle soñar a la lectora ser como esa protagonista es una reacción de las tantas reacciones que busca una lectura.

Algunos de los otros cuentos del libro  no son tan heroicos y trascendentes por decirlo de alguna manera.  Aunque no despierten esa misma sensación de transformación y superación femenina sí podemos decir que son únicos. Algunos son fáciles, otros no tanto, pero todos motivan a querer leerlos. Algunos al leerlos, ya  sea por comodidad,  dejan esa sensación de seguir leyendo cada página que sigue y otros, ya sea por incomprensión, dejan la necesidad de releerlos y querer seguir leyendo para advertir que más se descubre o que más no se descubre en el libro.


Así como no existen  hombres sin mujeres, no hay mujeres sin  hombres. Por esta misma razón es el momento de detenernos un instante a hablar de algunos de los rasgos característicos de los personajes masculinos que vemos acompañando las historias de esas mujeres de ojos grandes.
En todos y en cada uno de los cuentos existe un personaje masculino que marca la vida de la protagonista para bien o para mal. Padres, esposos, novios, amantes, compañeros de pasiones, etc. Lo que hacen ellos o dejan de hacer en la vida de estas mujeres es el  impulso que necesitaban para  transformar sus vidas y sacarlas de ese rumbo predestinado para ellas.

No cabe duda que las mujeres de este tipo de narraciones tienen el mando. Se paran del mal que les hacen, si se aburren se desaburren, si quieren comer comen sin permiso alguno y viven casi de manera egoísta su propia existencia y  sus hombres, pues se muestran resignados a causa del gran amor u obsesión  que tienen hacia ellas. No les importa lo que estas les hagan con tal de mantenerlas a su lado. Infidelidades, abandonos, desamor y rechazo son acciones que deben soportar pero que los atan mucho más a las dueñas de sus pensamientos. No sabemos si es adrede o por casualidad que Ángeles Mastretta muestra a sus personajes femeninos con una fuerza  y seguridad características de los grandes hombres patrones modernistas y a los hombres con los mismos o parecidos sentimientos frágiles característicos de las mujeres encerradas en grandes vestidos y habitantes de una sociedad en la cual mostrar un tercio de piel era un pecado.


Para concluir queremos dejar claras dos ideas. La primera  es que  la literatura de Mastretta y por ende este libro va dirigido tanto a hombres y  como a mujeres. Para ella no existe una literatura de género.  Ella lo deja bien claro en una entrevista que  le realizo Mariela De Marchi una corresponsal en Italia de "El jardín de Milena”,  programa radial español dedicado al estudio de obras ilustres de dramaturgos y poetas famosos.  Cuando se le preguntó si es justo dividir los hombres y las mujeres, hablar  de literatura de género y dividir los libros como si fueran baños públicos ella dice:

“Nos hemos quejado muchísimo tiempo las mujeres de que ¡oh! las mujeres hemos estado marginadas, estamos marginadas, no se nos toma en cuenta... En el momento en que se habla de literatura femenina, se privilegia la opción como literatura femenina, al mismo tiempo se está otra vez discriminando. ¿Por qué tenemos que enfatizar que esta literatura es femenina en lugar de enfatizar que es buena? Entonces yo no estoy a favor de que se diga que hay una literatura femenina o que sobre todo o que crucialmente la escritura de una mujer vale porque es de una mujer y no porque es buena o mala. Sin embargo también puedo decir que creo que hay algunas cosas, algunos tonos, algunos modos de contar, algunas historias que les interesan más a las mujeres que a los hombres. Lo cual no quiere decir ni que todas las mujeres los ejerzan ni que no hayan hombres que los ejercen.”

En el caso explicito de mujeres de ojos grandes tanto hombres como mujeres lo pueden y deberían leer. Las mujeres para que aprendan lo que deberían hacer y ser y los hombres,  para que vean en los personajes masculinos  lo que deberían no hacer , lo que ya hicieron, lo que están haciendo o lo que van  rumbo a hacer a casusa de las mujeres y  de la siempre locura del amor.

La segunda es que el interior y un muy buen lado de Ángeles Mastretta se exteriorizan en esta obra, ya que siendo ella mujer ¿quien mejor para hablar de las penurias y deseos de las mismas? En la misma entrevista de Mariela De Marchi ella aseguro darle prioridad a la narración de experiencias intimas vividas. Dice que siempre lo hace y que se le volvió una preferencia.  En sus obras narra experiencias de ella misma y experiencias cercanas a su vida.  No es ningún secreto y es prácticamente imposible que Mastretta  o cualquier otro escritor elabore un libro completo sin al menos renombrar algún dolor o alegría propia o ajena:

“Le he ido dando prioridad... No, quizás desde el primer libro lo hice, quizás desde que hacía periodismo lo hacía. Porque cuando empecé a escribir escribía una columna que se llamaba “Del absurdo cotidiano”, que era una columna diaria en un periódico, y sin embargo acabé hablando de la vida privada de los demás. Acabé contando lo que le pasaba a una amiga mía, lo que le pasaba a una niña lastimada, a una mujer golpeada, a una violada, a un hombre asaltado. Acabé hablando de la vida privada, que era pública. Entonces sí, la privilegio, supongo porque me sigue pareciendo privilegiable, me sigue pareciendo que es lo más importante que nos pasa. Me sigue pareciendo que, dado que lo privado se vuelve público, darle sensatez, intensidad, sabiduría a lo privado inevitablemente va a conceder que lo público resulte más sensato y más generoso de lo que es. Yo creo que el hecho de que la vida pública, actualmente y muchas veces en el pasado, resulte contradictoria y mal hecha, está relacionado con que la vida privada no está siendo siempre bien tratada. Ni se le dedica el tiempo suficiente ni se acoge con suficiente sabiduría.”

El nombre de este trabajo: “La Mirada” de “El Chango” es una consideración que se le hace al mexicano veracruzano de nacimiento e ilustrador de la portada del libro de Mastretta en cuestión. Ernesto “El chango” García Cabral desde muy joven es un genio del dibujo y  en esta ocasión transforma muy bien las letras de Ángeles Mastretta en trazos de colores con forma de mirada de mujer.


BIBLIOGRAFIA:

Mastretta.Á (1990). Mujeres de ojos grandes. Ed. planeta Colombia S.A/ Seix Barral independencia Buenos Aires.
Mastretta, Á (1993). El guiso feminista. Puerto libre. México: Ed. Cal y Arena, Pp. 89-93.

WEBGRAFIA:
De Marchi M. Entrevista a Ángeles Mastretta.” El jardín de milena”. M. Axolotl Literatura y Arte (Mayo 3 2012)  http://revistaaxolotl.com.ar/esp08-2.htm.

sábado, 9 de junio de 2012

UNA APROXIMACIÓN AL MUNDO MATEMÁTICO Y LITERARIO DE GUILLERMO MARTÍNEZ, EN SU NOVELA CRÍMENES IMPERCEPTIBLES.

Por:


María Eugenia Betancur Ríos
Lic en español y literatura
Facultad de Educación
Universidad del Quindio.
                                                           


La tradición literaria en Argentina configura e incorpora el entorno globalizado, por ser una literatura que hace frente   a ciertas dicotomías académicas referentes a escrituras nacionales,  al concentrar  obras que llegan del exilio.


Guillermo Martínez nacido en  Bahía  Blanca, Argentina, en 1962, es Licenciado en  matemáticas y especializado en lógica, por la  Universidad de Buenos y Aires  y,   Doctorado en  Matemáticas  por la universidad de Oxford, es heredero de la tradición de Borges, Caseres y Piglia,  además,   en sus novelas prevalecen algunos rasgos históricos de la novela policiaca, propuestas por Poe y Doyle en sus inicios, cuando  es creado el inmortal  Sherlock Holmes en su aparición literaria en 1981.

La utilización del intertexto,  la  contemplación marginal  del   extranjero,   el ideal posmoderno  del  espacio urbano;  como escenario  de vida,  con problemáticas e intereses personales y comunitarios diferentes, el entrecruce de historias que se introducen en el relato y originan un diálogo discursivo severo, la ironía de la que se sirve para entablar conjeturas, y las metáforas en las que se apoya para adornar sus ideas;   son una  constante en la literatura argentina de estos tiempos, algo que va a ser retomado por Guillermo Martínez, en su novela, Crímenes imperceptibles.

El relato policial  define  su   presencia en la novela Crímenes imperceptibles,  a partir un tono ingles clásico, y de  una  estructura dialógica, pues hay un interlocutor que sigue cautelosamente las instrucciones del investigador y hace una narración precisa, con la ayuda del procedimiento de la  analepsis, los hechos que surgen, necesitan ser aclarados desde el pasado hacia el presente, en un proceso dinámico, de extraer pistas, reunirlas y socavar en las profundidad del asunto. Al  estilo de los grandes detectives  del mundo.
Así mismo, el relato policial  ha sido ambientado en la gran ciudad, espacio vinculado con la posibilidad del anonimato y el ocultamiento de la identidad del criminal, en este caso la ciudad posmoderna  deja entrever la ciudad de Oxford, sus edificios,( el Instituto de matemáticas) , el Blenheim Palace,  sus  teatros , supermercados, los monumentos (gárgolas, cúpulas medievales ), el ómnibus (bus de dos pisos), sus puentes,  calles y sitios de diversión, el hospital Radcliffe  de siete pisos , el Court de Royal Tennis del siglo XXI en que había jugado Eduardo VII, contraponiendo el deporte del Tennis  con  sus  canchas de arena y polvo de ladrillo,   sus museos ( el Ashmolean), el pequeño café en Litle Clarendon etc.

Al autor le interesa mostrar un lenguaje artificial  y enmarañado de teorías, teoremas y principios matemáticos, físicos y geométricos, y hasta filosóficos.   Todo un juego del lenguaje a disposición de un lector que sigue su trama ficcional  y misteriosa; un resultado estético,  literario y virtuoso.
Guillermo Martínez,  pasea su obra entre  la sencillez y  la compostura que advierten  sus personajes, sujetos arrojados a las matemáticas en la aristocrática Oxford, seres sumidos bajo la obsesión de develar lo que  se encuentra oculto y que es a veces  trivial, pero que se concentra en sus mentes, y espíritu mismo.
Su obra destaca por su singularidad y por ajustarse  al modelo marginal del extranjero; hombre de otra cultura, que se instala en un territorio nuevo y que busca incesantemente la verdad, aquella que podrá descifrar  gracias a su modesta inteligencia matemática y a su tacto. Pero lo más interesante es la voz del narrador en primera persona,  aquel que va contando  y tejiendo los hechos, y es testigo del proceso de devenir que se da en la historia.

La lógica, la abducción, el razonamiento, la sospecha, la intuición,  la demostración- refutación, la visión y proyección del pensamiento, el discurso científico, el concepto de verdad y de incertidumbre, la evidencia y la hipótesis, el placer intelectual, entre otros,    son  elementos esenciales que permiten la  construcción y resolución de su  trama: crímenes en serie, que desde la óptica de la investigación  provocan en  sus receptores una ansiedad constante, instaurando el   anhelo de poder explicarse  las paradojas de la historia .

El amor,  se asoma de manera superficial, hay un  acercamiento amoroso entre  el joven matemático becado y la Enfermera  Lorna, Esa manifestación de “amor” se hace latente y fugaz. También,   se postula el amor, como el afecto que se tiene por los seres más cercanos, sobre todo se   hace paternal; al final  de la novela, se aprecia claramente la coartada que  Beth,  mediante  la cooperación de Seldom, para  no ser descubierta como la asesina del primer caso, y este a su vez, como el cómplice,  que daría  lugar al   entramado de crímenes, una secuencia que él mismo  había creado y que seguramente terminaría. Por otro lado, el autor incorpora la muerte de un angstum, una especie de marsupial, que les sirve para hacer una analogía, con el sentimiento de protección que un padre ejerce sobre sus hijos (tratamiento anecdótico  de Borges).

Por otro lado, La ciudad es el espejo de sus tradicionalismos, de la identidad que han forjado, bien sea que se sitúe en la periferia, en los suburbios o en el centro de la ciudad.  Es así,  como Martínez, acentúa su esfuerzo por impregnar en su novela, ese sentido marginal de lo deforme y  lánguido de sus personajes,  mereciendo ser mencionados:   Mrs.  Eagleton, una mujer  inválida que pasa sus últimos días de  vida, azotada por  una  enfermedad (cáncer) , El Ruso Podorov, quien caminaba  encorvado de un lado a otro,  y garabatea cada vez escribe una fórmula (2004:19),  Frank Kalman, que no era un lógico profesional, pero en suma muy perspicaz, pues era el encargado de la manipulación simbólica y de los tets de inteligencia (2004:85), Kalman está internado en uno de los bloques del hospital , donde los enfermos se distribuían por pisos de acuerdo a su gravedad, algunos eran llamados despectivamente  “sucios”, como se puede notar en la novela: “Y murmuraban sobre los sucios. Son  los que llenan su bolsa dos veces por día y ellas  tienen el trabajo adicional de cambiarlo por la tarde. No importaba cuál sea su estado real, “los sucios” no duran demasiado en la sala” (2004: 84).

Continuando con el conjunto de personajes marginales, se encuentra a continuación el hombre de barba larga, y ojos enrojecidos (2004: 95) era Ralph Johnson, el chofer del ómnibus, quien  había logrado saltar fuera antes del choque,  donde habrían muerto varios niños con síndrome de Down (2004:216), y su hija llamada a Caitlin (2004: 99), una niña desahuciada  que necesitaba con urgencia un transplante de pulmón. También,  cabe mencionar a Michael, el  prometido de  Beth, alto y corpulento, vestido con un frac arrugado, que ya no alcanzaba a cerrarle sobre el abdomen (2004:142),  además del  percusionista que tenia el incipiente mal de Parkinson (2004:147),  y por ultimo, El  mago René Lavand, del que tanto hablaba Arthur Seldom; un sujeto manco, que había perdido su brazo experimentando con la magia (2004:194).

Si bien es cierto, la historia  inicia con la muerte (aparentemente natural de una anciana) , y continúa con  dicha  temática; la obra   se encuentra fragmentada, hay una cadena de relatos que van tamizando la historia central, a la par con el recurso de intertextualidad, y que van siendo distorsionadas por  el uso de la ficción; por ejemplo,  los juegos del lenguaje de Wingestein,  el juego de la historia de Cristo y las sectas que lo rodeaban,  el perfil  y la literatura psiquiátrica  en  semejanza con el cuento del genio en la botella de las Mil y una Noches, el recuerdo de la escritora Virginia Wolf, la filosofía de Kant, la estética de la  investigación criminal ,  todo un cúmulo de discursos que alteran la historia y el orden  lineal y lógico, interponiéndose en el hilo narrativo, pero que son la insignia y la legitima erudición   de  la novela .

En este proceso  de escritura de Guillermo Martínez, la metáfora y la ironía, se recalcan con una sutileza muy fija:
“La música, es tan abstracta como la matemática, no puede distinguir categorías morales .en tanto sigas la partitura no me imagino una forma de detectarlo.-seguir la partitura… es lo que hice toda mi vida – suspiro” (2004:23).
“Entramos en silencio; nuestros pasos hicieron crujir las tablas de madera del piso. Se oía dentro, como un latido amortiguado, el vaivén sigiloso de un reloj de péndulo” (2004: 26).
“Vengo de un país al que llamaban e l granero del  mundo. No te vayas hijo. Me decía mi madre,  aquí nunca te va a faltar un pedazo de pan. Me fui, me fui, pero siempre llevo con migo esta miguita de pan” (2004:195)
Aquí, el autor se permite una valiosa crítica  con  un  trasfondo irónico, trata de decorar el lenguaje gracias a las comparaciones  de las que hace  uso,  una función  recursiva para ambientar las situaciones de  mayor significación que se desenvuelven en su historia, desde la imagen inseparable del  escritor y el matemático.
Martínez,  utiliza  el apoyo matemático  para mostrar también la inverosimilitud   de la que a veces es víctima muchos principiantes  en  el ámbito político y hasta policíaco. Además se vale de sus conjeturas para  desdibujar el mundo real que siempre está en continuo devenir,  asunto que  se desborda  en la sociedad posmoderna  cuando las criaturas humanas son limitadas  a su entorno; a la cotidianidad, y a la ciencia. Todos estos lenguajes  contraponen  la racionalidad a los cuestionamientos lógicos algo metaforizados y distorsionados por la ficción.
Tanto, la simbología matemática, la literatura, la música, la muerte, el tabaco, y la escritura, se conjugan en todo un drama, peculiaridades que cobijan al autor;    para una vez más,  dar cuenta de la estética que puede crear toda clase de  literatura.
Por lo tanto, Guillermo Martínez, intenta seducir a un lector incauto, pues, si éste soporta la lectura y se engancha en su trama, en el suspenso que emana,  irá divagando, hasta escudriñar las ideas mas ocultas que gurda la narración, igualmente   crea en el lector una relación diegética, en la que éste, pueda dar diferentes posiciones para resolver el enigma. Así mismo, resulta conveniente señalar la pertinencia con que Guillermo Martínez escribe, pues siempre va en  dirección  a los saberes que hacen parte  de su  realidad como matemático, sin  desvanecer la importancia del conocimiento que exalta.
En definitiva, la novela  crímenes imperceptibles  de Guillermo Martínez, se encuentra estructurada por capítulos, y a veces sobresalen fechas indicadas, este recurso es bien utilizado en cualquier pesquisa,  donde se hace un seguimiento exhaustivo y certero;  esa misma tensión que refleja la literatura, cuando deambula  en la búsqueda de tópicos adecuados para las historias, y sobre todo porque permite revelar al mundo todo su provecho.

BIBLIOGRAFÌA:

Carrillo, T. G. (2008)  Irrupción de la temática urbana en la literatura argentina Latinoamérica. Revista de Estudios Latinoamericanos, Núm.47, p.65-77 Universidad Nacional Autónoma de México. México.
Claudio P. Cid ( ) Las migraciones discursivas en la novela Crímenes Imperceptibles de Guillermo Martínez. Universidad Católica de Córdoba.
Martínez, G. (2004) Crímenes imperceptibles. Planeta.
Ortiz,  G. (2007).El hombre y la máquina. Universidad autónoma de occidente.      Cali. Colombia.